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miércoles, 30 de marzo de 2011

Un Tiempo Especial

Un Tiempo Especial
Por Marisol Stevens
17 de Marzo del 2011


Este era un tiempo en que la humanidad estaba despertando; muchos eran los que se esforzaban por abrazar la luz que, aunque no tenían muy claro qué significaba luz, sí sabían que era algo bueno y que ellos lo querían en sus vidas, por eso estaban formando redes de luz en todas partes; especialmente a través de la Internet ellos compartían amorosamente toda la información que llegaba a sus manos y muchos estaban haciendo grandes cambios en sus vidas.

Los cambios no eran tan visibles al ojo humano, mas bien se estaban realizando en la conciencia; ellos estaban comenzando a ver la vida con otros ojos, con una visión mas  espiritual, comprendiendo cada vez más, que ellos eran espíritus viviendo una existencia material, aunque la vida material los golpeaba duramente y parecía que  mientras más se esforzaban, el mundo se volvía mas caótico.

De todos modos seguían aprendiendo y estudiando, seguían reuniéndose y descubriendo más conocimiento facilitador, todo proveniente de las altas esferas de luz, como la fraternidad blanca de los maestros ascendidos, aunque por ahí se colaban algunas otras entidades que se entretenían confundiendo a estos mortales en vías de ascensión.

Muchos estaban sanando sus vidas y sus cuerpos, muchos milagros surgían en todas las latitudes del planeta, al parecer esta vez no se cancelaría la ascensión planetaria porque la masa crítica estaba pujando con fuerza, y la maya cristalina del planeta se fortalecía cada día inspirando a muchos otros en su despertar.

Los corazones se iban purificando y tocando su nota de amor, la luz se comenzaba a manifestar en una purificación primero, arrasando con todo lo que impidiera el progreso y el amor, y luego con paz y armonía, sintonizando los corazones humanos con el mayor bien; por fin se estaba comprendiendo el sentido de la luz.

La luz ilumina a todos por igual, del mismo modo que los rayos del sol; no hace diferencia, solo requiere un corazón y una mente perceptiva y sensible.

La luz borra antiguos programas y esquemas egoístas y oscuros de la conciencia y pone en su lugar amor, sabiduría y poder y un desapego para vivir como niños sin temor al futuro, entregados a la fuerza del todopoderoso.

Sin duda estaban aprendiendo a vivir en el ahora, el desapego era la clave, el pasado se borraba y solo quedaba una fe nueva en lo divino, habían descubierto la propia divinidad y los Yo superiores estaban  tomando el lugar de sus yo inferiores y egóticos.

Mucho estaba aconteciendo y el tiempo se aceleraba más y más, mientras que eventos de la naturaleza irrumpían con fuerza cada año.

La purificación seguía su curso sin retorno, y los trabajadores de la luz seguían sumando en las filas. Muchas familias se sanaban en el proceso practicando el amor incondicional, un nuevo amor que no daba lugar  a crítica ni juicio. Por fin estaban aprendiendo a vivir y experimentar el amor.

Un día salió un comunicado por las redes de luz que llamaba a convocarse a todos los trabajadores de luz del mundo, porque se llevaría a cabo una evaluación planetaria muy importante que sería crucial para los eventos por venir.

Se congregarían en cierto lugar y cada uno tendría un tiempo para pasar por un circuito que les mediría sus vibraciones y luego una entrevista con los líderes espirituales planetarios.

Todos los que leyeron el comunicado y que se consideraban trabajadores de la luz fueron a ese gran encuentro, era un evento que atrajo a la prensa y a los medios en general porque causó mucho movimiento por los muchos que estaban viajando.

Había una trabajadora en especial que estaba muy afligida por que en todo el tiempo que estaba trabajando, su luz no había logrado liberarse de la dificultad económica y siempre se sentía pobre y limitada por las circunstancias, aunque en el tiempo que llevaba en el camino espiritual siempre había encontrado otros trabajadores que la había invitado a participar gratis en talleres de crecimiento o le había dado facilidades, pero siempre estaba sostenida de uno u otro modo, por lo tanto había adquirido muchas herramientas del espíritu para sostenerse por si misma, pero que lamentablemente desperdiciaba porque no tenía la constancia, que era primordial para purificarse y encenderse.

Se trataba de estar en el  mundo, pero ya no pertenecer a el, ser libre de los antiguos prejuicios y críticas de la masa, de no buscar culpables de las faltas y dolores, de buscar mas bien los porqué y los significados de todo lo que le acontecía a cada uno, porque todo tenía una razón de ser. Cuando descubrían que el dolor estaba en sus vidas mientras lo necesitaran para crecer y que desaparecía cuando no se quejaban por todo, entonces ellos lo soltaban y subían por la escalera de la ascensión.

Allí estaba esta trabajadora que intentaba sobreponerse a su yo inferior, pero que tenía un ego tan duro y fuerte que le hacía muy dura la empresa; se estaba dando cuenta de que su mal consistía en que no había podido limpiar el corazón de resentimientos, sabía que no tenía que culpar a nadie y que no era víctima de nadie, que el pasado no existe y que había que vivir en el ahora dando a todos su valor divino, sin entretenerse en las mascaras por muy incrustadas que estuvieran.

Pero ella no veía que no bastaba con darse cuenta, que había que hacer el trabajo disciplinado y constante para ver los frutos y que éstos llegaban a su debido tiempo, no había que impacientarse y volver a caer, porque se cancelaban las entregas de abundancia en ese momento.

Que cada uno tenía puestas las máscaras que correspondían a su papel en la vida, algunas máscaras más limpias y delgadas que otras, pero así funcionaba el sistema por miles de generaciones y la divinidad lo usaba todo para su propósito; todo estaba perfecto y nada era lo que parecía.

Esta trabajadora por fin resolvió su viaje; como siempre, todo había fluido y estaba en camino al gran encuentro de la hermandad; se sentía segura, porque creía estar bien con todo lo que había hecho por su crecimiento; después de todo, ella sí era una trabajadora de luz, no como otros que aun andaban perjudicando, mintiendo y haciéndose los buenos por ahí, esos que creía tener siempre la razón y hacerla sentir poca cosa, especialmente su ex que no le daba todo el dinero que debería y que le estaba pidiendo el divorcio solo para comprarse bienes que no quería compartir con ella, que injusticia.

Así sentía y no lograba sacar tal sentimiento que la hacía decir cosas que no eran las más amorosas y armónicas que se esperaba de una trabajadora de la luz, pero consideraba que lo mas lo tenía hecho, ella tenía el conocimiento y se esforzaba por ir a todos los talleres, seminarios, encuentros y congregaciones, ella abrazaba la luz.

Cuando llegó al lugar vio como miles y millones de personas se agrupaban en tranquilidad y armonía; por alguna razón divina el orden surgía voluntariamente y todos, muy respetuosamente, aguardaban su momento. Se escuchaban cánticos y oraciones y una brisa suave y perfumada aquietaba aún más a los presentes.

Pasaron varios días en ese estado sublime de canto y oración, donde la gran mayoría ayunaba y solo bebían algunos líquidos que les restauraban las fuerzas y el espíritu, todo parecía utópico, pero es que la fraternidad se sentía fuertemente en el corazón.

A medida que cada uno se reunía con un maestro espiritual los otros observaban  a sus hermanos, unos venían satisfechos y otros no tanto, aunque todos más despiertos y concientes del trabajo pendiente que estaba en sus manos por y para la humanidad  que aún faltaba por despertar.

Llegó su turno, y ella avanzó por un pasillo alfombrado y bordeado por telas de colores cálidos; al final del pasillo estaba el portal, un arco de luz... dio un paso y quedó en una gran tienda donde le aguardaba un maestro sentado en un sitial y le mostró otro donde ella se sentó; su corazón se salía de la emoción.

El maestro entonces le dijo:
hermana ¿porqué vienes sucia a la cita? ... has tenido mucho tiempo para prepararte.

Ella: pero maestro ¿porqué me dices ésto?

Maestro: porque tienes el hijo del odio incrustado en el corazón y sin el chakra maestro activo y encendido no hay alineamiento con tus otros chakras, estas perjudicando tu ascensión y a todos los que están ligados contigo en este plan, especialmente a quienes amas, porque los perjudicas con tu rabia y resentimiento.

Ella: pero maestro se trata de mi ex marido, él no se ha portado bien, no me da de todo lo que tiene, es mentiroso y se hace el bueno. Y también otras personas a las que les entrego mi corazón, que son mis amigos y que me traicionan.

Maestro: no has comprendido; tu trabajo consiste en usar tu corazón para amar y no anidar rabias ni resentimientos; no lo justifica que el otro se lo merezca por malo, violento, mentiroso o lo que sea él está haciendo su trabajo y tú no estás haciendo el tuyo; si has sido llamada y has elegido la luz, hazlo bien para que no seas piedra de tropiezo tuya ni de nadie.  

Vuelve a tu hogar y enmienda tu vida, comenzando por practicar la devoción y la meditación diaria; que tu único negocio sea el amor y la paz y si tu caminas la milla, tus maestros estaremos contigo para caminar lo mas difícil, pero depende de tí dejar de diluirte y concentrarte en tu trabajo interior; estando en tu divinidad y no buscando afuera, veras los frutos.


Ella comprendió, como muchos allí congregados:


el cambio se gesta desde adentro
, desde la propia quietud y devoción, desde el encuentro íntimo con el yo divino, que es quien hace el trabajo; el encendido lo hace el YO y no los maestros en el taller o el seminario.

Ellos, si acaso, solo dan las herramientas; la magia la hace cada uno en el silencio de su hogar, sembrando el amor en su mundo e irradiándolo a todos, a ex parejas y familias, a todos los que se crucen en su vida y si alguno les da un dolor, que lo reciban con gratitud, porque es el espejo que les muestra su propio error para que lo enmienden y sigan su viaje por la luz.

Autora: Marisol Stevens


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TÚ MISMO, AQUÍ Y AHORA



¿Por qué te empeñas en que los demás piensen por ti, amen por ti, decidan por ti, caminen por ti, sientan por ti, y vivan por ti? 

Eres tú, sólo tú quien debe pensar, amar, decidir, caminar, sentir y vivir por ti mismo.   Y debes ser tú el único responsable de tu vida, sin miedos.  Y es aquí y ahora.

No pierdas el tiempo con el pasado o el futuro. 
El pasado ya pasó, con todos sus triunfos, derrotas, alegrías, penas, esperanzas y desilusiones.  

El futuro no existe, ahora no existe.   El pasado existe en tu recuerdo, es un pensamiento tuyo.  

Este pasado, ¿te deprime, te enoja, te molesta, te crea odio, rencor, desesperación, nostalgia, desconfianza, pesimismo?   Quítalo, bórralo y olvídalo de tu vida. 


Ese recuerdo es un enemigo tuyo que sólo se vence sacándolo de tu vida.   Cada minuto que lo aceptas, es una victoria de ese enemigo que te debilita y te destruye más.

Ese recuerdo del pasado ¿Te estimula, te fortalece, te anima, te infunde amor, esperanza, alegría, optimismo, te da más experiencia positiva y ánimo para vivir?  Acógelo, dale la bienvenida, revívelo una y otra vez.  Vívelo intensamente, ahora y siempre.

Son muchos los que viven para el futuro, sueñan en el futuro, trabajan para el futuro. 

Un futuro que probablemente no será como ellos lo piensan hoy.  O quizás, ni llegue. 

Si la previsión y prudencia te impiden vivir todo intensamente, conscientemente, alegremente el aquí y el ahora, ya han dejado de ser virtudes.  

Muchas de esas personas dejan de vivir, por vivir preparándose para vivir.  Mueren sin empezar a vivir intensamente.  

Viven siempre en el futuro, nunca en el momento en que están.   Se afanan por el mañana, proyectan el mañana, viven siempre con el temor de que algo o alguien antes del mañana destruyan su proyecto.  

Se olvidan de que viven hoy.   Y no viven el hoy, el único tiempo que tienen.  Siempre trabajan por algo que hoy no existe: el mañana.  

Y mañana tampoco existirá, porque mañana pensarán en otro mañana, sin vivir el día y el momento que tienen.   ¿Por qué empeñarse en vivir mañana? 

Es hoy y aquí.  Aquí, no en otra parte.  Aquí, donde estoy.   Mañana saldrá el sol, estaré aquí o en otra parte, pero veré y viviré el sol donde esté.  


Tú estás viviendo hoy donde te encuentras, con estos minutos frente a ti, contigo mismo, con tus sentimientos, con las personas que te rodean. 

Mañana, cuando llegue mañana, verás el sol de mañana.   Y lo verás con tus ojos, no con los ojos de los demás.  Y serás insustituiblemente tú mismo el que vivas ese momento y no otro.  En ese lugar y no en otro.  

Si no es así, es posible que pases tu vida sin vivirla tú.   Y ¿para qué te sirve a ti la vida que tú no vives?
No hipoteques lo más valioso que tienes, lo más tuyo: Tu vida.

Autor Desconocido

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