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domingo, 3 de febrero de 2013

El Universo Interior.



EL UNIVERSO INTERIOR

Todos los seres humanos poseen un universo interior, al cual pueden acceder simplemente cerrando sus ojos y dejándose fluir por él.

Un espacio infinito dotado de constelaciones de galaxias, sistemas y grupos estelares, alrededor de un sol central; el mantenimiento de unos niveles adecuados de armonía y resonancia resultan imprescindibles para mantener el equilibrio adecuado
de todos los componentes del vasto espacio interno.

De alguna manera, se podría colegir que cada ser humano es el Padre Creador, el Dios Absoluto de ese universo, al cual rige y dirige desde su mente, con sus actitudes, sus pensamientos y sus deseos, siendo por tanto su responsabilidad el sostenimiento y mantenimiento de la vida en toda su extensión.

El tránsito por los flujos del tiempo y del espacio interior se hace siempre posible con el simple ejercicio de la voluntad y constituye una de las más bellas proyecciones imaginables, la visión de las esferas, la percepción de la gama de colores en movimiento, el dulce sonido del silencio, la estructuración por medio del pensamiento, que conduce a otras realidades, a otras manifestaciones dimensionales y la imaginación al servicio de la creación.

El universo interior no constituye una holografía imaginaria en miniatura, por el contrario, se trata de una auténtica realidad con sus correspondientes dimensiones, conformado y estructurado de manera similar a los grandes superuniversos y que aloja en su seno toda suerte de agrupaciones estelares y cortejos planetarios dotados de vida funcional y orgánica en todos sus niveles de existencia.

Las energías sustentadoras de todos los componentes físicos de esta formación interior fluyen directamente del centro generativo (espiral) del corazón, que las recibe y distribuye de acuerdo a su proporcionalidad dimensional, volumétrica y de densidad, siendo el sol interior el catalizador central de las mismas, bajo los impulsos de la voluntad y el deseo del ser humano que las cobija.

A partir de este punto, es fácil inferir que todo el sistema autogenera sus condiciones gravitacionales y sus fuerzas proporcionales de atracción y repulsión, así como sus propios flujos de centrifugación y expansión de la materia, en una progresión infinita hacia la eternidad infinitesimal de lo más minúsculo.

De este modo, cabría decir que cada ser humano es el continente y contenido de toda su creación y que, por tanto, el devenir de ésta depende por completo de sus impulsos vitales conformadores o destructores y que, de alguna manera, constituye una elongación de la misma esencia, naturaleza y entidad del Padre Absoluto Creador, que mora en la Isla Eterna del Paraíso y cuya presencia impregna cada partícula y estructura de todo lo manifestado, independientemente de su tamaño, dimensión o densidad.

No existe una expresión mayor de amor que el ceder a cada criatura un presente semejante.


UNA TRINIDAD EVOLUTIVA


El Ser humano es una trinidad evolutiva, un espíritu que se manifiesta por medio de la mente y el cuerpo en este camino de evolución terrenal para la superación de los niveles de conciencia.

Cada Padre Creador aporta todo lo necesario para gozar de la existencia, disfrutar del bienestar y ser cada día más felices, además por medio de vuestra corteza cerebral os otorga todo el potencial para que os manifestéis con sabiduría y, no conforme con ello, en el momento más indicado os aparta o retira de vuestro camino aquello que os estorba o bloquea vuestro aprendizaje y en el momento más oportuno os coloca las oportunidades que realmente necesitáis para elevar vuestra conciencia.

Sois vosotros quienes hacéis todo lo posible para no ver y sin daros cuenta dejáis pasar estas oportunidades.

Al estudiar los sistemas funcionales que integran el cuerpo humano, al igual que el de los otros animales se puede comprender por qué es el más completo ejemplo que aporta la naturaleza de la integración holística. Los sistemas funcionales son:

a. Sistemas de sostén, locomoción y protección: Sistema locomotor: Esquelético, muscular, Sistema cutáneo y tejido conjuntivo.

b. Sistemas de Nutrición y mantenimiento: Respiratorio, circula- torio: Cardiovascular y linfático; digestivo y órganos Secretores: Urinario, ventilatorio, cutáneo, digestivo y menstrual.

c. Sistemas de Comunicación y Dirección Interna: Sistemas Nervioso (Central y periférico), Endocrino y circulatorio.

d. Sistemas de Recepción y Defensa: Órganos de los sentidos, receptores internos. Sistema Inmunológico.

e. Sistema de Reproducción: Órganos sexuales internos, órganos sexuales externos

Cuando el cuerpo necesita realizar alguna función o actividad de vida, cada sistema de manera automática o espontánea se subordina al que por su capacitación tiene la responsabilidad de realizar la función, cooperando con él de forma armónica para que se cumpla lo mejor posible el proceso.

Por muy simple que parezca, ningún sistema se considera más importante que otro, es como la coordinación que existe en conjunto con vuestras cuatro extremidades a la hora de levantar y movilizar algo pesado o la que se establece con el sistema digestivo para realizar el proceso de alimentación.

¿Qué pasaría en vuestro organismo si cada parte pretendiera tener el control absoluto del cuerpo o que se enfrentarán entre sí por ver quien domina o tiene más poder?

Así como ocurre entre los integrantes de varias empresas o instituciones como la familia, la universidad, organizaciones privadas y gubernamentales.

Debéis aprender de los mensajes que os aporta la naturaleza, pues no es ignorante el que carece del conocimiento, el verdadero ignorante es quien se niega a ver o a comprender la realidad o quien a pesar de tener el conocimiento se empecina en no aplicarlo para fomentar su bienestar o elevar su nivel de conciencia; no existe peor ciego que el que se niega a observar su realidad.

 
Angel Luis Fernández.

 

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